Maquillaje contable.

Maquillaje contable.

Con la presión de que los resultados reflejados en las cuentas anuales se acomoden a lo esperado por los diversos grupos de interés (socios, accionistas, proveedores, acreedores, potenciales inversores, clientes, la Hacienda pública… ), los administradores encargados de su formulación pueden verse tentados por la aplicación de la contabilidad creativa, con el fin de reflejar lo que les interesa en lugar de informar sobre la imagen fiel de la sociedad.

La contabilidad creativa consiste en aprovechar los vacíos de la normativa legal, en cuanto a las diferentes posibilidades de elección, con el propósito de transformar la información contable que se presentan en los estados financieros. En definitiva, se trata de un proceso mediante el cual se maquillan las cifras reflejadas en la contabilidad de la empresa, sin dejar de cumplir los principios de contabilidad, de ahí que a la contabilidad creativa también se le conozca como maquillaje contable.

Estas prácticas normalmente buscan un aumento o disminución de los beneficios, con el fin de satisfacer las estimaciones esperadas, pero también pueden centrarse en cambiar la configuración del balance con el objetivo de que ciertas partidas tengan un mayor o menor peso relativo.

Así, como técnicas de maquillaje contable podemos encontrar las siguientes:

– Aumentar o reducir los gastos, como provisiones, amortizaciones, incentivos al personal, etc., con el fin de reducir o aumentar los beneficios de la sociedad, respectivamente. Y es que los gastos son una de las partidas donde más atención hay que poner, ya que también nos podemos encontrar con gastos llevados a reservas en vez de a la cuenta de resultados o que han sido activados en el balance en vez de considerarlos un gasto.

– Contabilizar transacciones haciendo estimaciones optimistas o pesimistas sobre el futuro. Igualmente se pueden observar transacciones a precios fuera de mercado, totalmente irreales, pero que pueden pasar desapercibidos para los neófitos en la materia.

– Generar resultados excepcionales con la finalidad de mejorar las cuentas, o viceversa. Dentro de este grupo también nos podemos encontrar la declaración de ventas o compras ficticias, principalmente para conseguir los incentivos que se otorgan por llegar a cierta cifra de negocios.

Reconocimiento anticipado de ingresos o diferimiento del reconocimiento de gastos para aumentar el beneficio, así como la opción contraria para disminuirlo (diferimiento del reconocimiento de ingresos o reconocimiento anticipado de gastos). Quizás esta sea una de las practicas más utilizadas por dar la sensación de que no se está cometiendo fraude al no alterar importes ni partidas sino sólo su devengo.

– No aportar información de filiales con la excusa de que constituye información de alto valor estratégico. Dentro de esta técnica de maquillaje encontramos también la opción rebuscada de endeudarse a través de compañías que no se consolidan.

– Otras técnicas muy utilizadas también, sobretodo en las PYMES, es cambiar el criterio de reconocimiento o valoración de los inventarios de la empresa o compensar partidas de activo y pasivo o de ingresos y gastos.

Como se ve no son pocas las opciones que se nos pueden presentar, a las cuales debemos estar alerta para que no nos engañen. Muchas se pueden detectar a partir de las cuentas anuales, analizando los criterios contables utilizados y comparándolos con los años anteriores, por si existen cambios no justificados o se actúa de una forma muy diferente a las empresas del sector. En caso de tratarse de empresas auditadas, el informe de auditoría puede avisarnos de salvedades en este aspecto.

Otra aspecto a tener muy en cuenta es las operaciones vinculadas ya que, como hemos comentado anteriormente, pueden reflejar transacciones inexistentes o mal valoradas.

Por último, para partidas tales como proveedores, acreedores, clientes, existencias, etc, todas ellas de especial relevancia en el devenir de la empresa y con un seguimiento especial, es recomendable tener en cuenta el análisis de su evolución, de tal forma que cambios muy bruscos sin motivo aparente alguno puede sugerirnos que se ha realizado un maquillaje contable.

Sin embargo, no todos los maquillajes son detectables a partir de las cuentas anuales lo que hace más difícil darse cuenta de ellos, necesitando en tal caso una revisión mas detallada de los libros de contabilidad a los cuales no siempre tendremos acceso.

En cualquier caso, la contabilidad creativa, aunque se realice sin vulnerar la normativa vigente, y más aun si es mediante procedimientos ilegales, no deja de ser una forma de defraudar a los interesados en la información aportada por la empresa y por tanto, se supone que se trata de casos aislados. Aun así hay que estar atento por si se produce, sobre todo en situaciones de especial riesgo como son las salidas a bolsa, los cambios de directiva, las ventas de unidades de negocios o en las solicitudes de grandes préstamos.


Enlaces de Interés:

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Detección de maquillajes contables con el Plan General de Contabilidad.

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